martes, 3 de noviembre de 2009

Madrid: A la Justicia se le cae el techo

Estos juzgados, esta Justicia, son una ruina, dice el Sindicato de Trabajadores de la Administración de Justicia (STAJ). "Los juzgados están que se caen a cachos", cuentan funcionarios en Plaza de Castilla, señalando por ejemplo una ventana entreabierta, sujeta por un teclado que obra de tope para que no se cierre.


Si ha leído El proceso de Kafka no hace falta que siga. Porque lo que aquí se cuenta es casi igual de absurdo y, en fin, kafkiano.

Una mañana, Paco llegó a su mesa de trabajo en los juzgados de Plaza de Castilla y se encontró una pegatina roja sobre la pantalla del ordenador: "Recién fumigado. No usar en 24 horas". ¿Qué había que fumigar? Pues los miles y miles de legajos que se hacinan, como un incontrolable vivero de polvo y ácaros, en esa torre de Babel judicial que es Plaza de Castilla.

Otra mañana, parte del techo de los juzgados de Aranjuez dijo basta. Los cascotes llegaron a la mesa de la juez titular. Algunos funcionarios trabajaron un tiempo con casco. Como en el tajo. Sacaron fotos y, con el apoyo de la magistrada, denunciaron la situación: "Si llega a haber alguien trabajando en ese momento, podría haber muerto". Una noche, al cielo le dio por llover sobre los juzgados de Getafe. Mal asunto, porque a los calabozos les da por inundarse y se encharcan con presos y todo dentro. La Justicia cae del cielo.

Mantenimiento

"La Comunidad te dirá que se gasta dinero en mantenimiento. Pero mira este escáner. Nos lo mandaron hace tres meses y en realidad no nos sirve para nada. ¿Y esa copiadora de cinco cedés? Con una normal nos valía", se quejan, rodeados de montañas de papeles y hacinados, en un ambiente casi hasta insalubre.

La Comunidad asegura que ha gastado este año un millón en remozar "lo más urgente" de Plaza de Castilla, que el presupuesto de Justicia es el único que sube (de 405 a 415 millones): "Hacemos lo que podemos, teniendo en cuenta lo que recibimos. Es verdad que todo se ha quedado pequeño". Con la Ciudad de la Justicia aplazada por la crisis, "queremos intentar reunir todas las sedes en una", dicen, y puntualizan que lo que cayó en Aranjuez "es un falso techo" y que "el edificio está protegido, por lo que actuar era difícil".

Pero la lista de denuncias es abultada. El registro civil de Alcalá es un embudo de gente y coches que provoca hasta problemas de seguridad en el parking, denuncian los sindicatos. En el de Collado Villalba hay dos trabajadoras sin las "mínimas condiciones de trabajo". En los juzgados de Orense había un problema con el aire acondicionado; la Comunidad ha instalado ahora un aparato "que en realidad da calor, y un ruido ensordecedor", dicen los trabajadores.

El programa que utilizan los funcionarios se llama Libra. Está tan anticuado que "no reconoce el ratón, funciona sólo con el teclado". Hasta los jueces se quejan. Un magistrado dice, encogiéndose de hombros: "El programa, además de que se cuelga cada dos por tres, se ha quedado anticuado porque no se puede adaptar a las novedades legislativas. Es absurdo. La comisión que lo concibió no se dio cuenta de que habría que ir actualizándolo. Llamamos a los informáticos y nos dicen que no tienen la potestad de hacer eso. ¿Quién la tiene?".

Entrar en Plaza de Castilla es toda una experiencia. Las esperas eternas, la cueva de papeles, ese juez que llega tarde y con varias bolsas de El Corte Inglés -"un atasco", se justifica-, la secretaria que sale hora y media al cafelito. Dependiendo de la hora, la cola puede ser seria a la entrada. No hay riesgo de llegar tarde. Todos los juicios se retrasan porque el inmenso mamotreto, la Justicia, avanza con lentitud máxima.

"El atasco no se resolverá con reformas informáticas", dice un juez de lo Civil desde el anonimato, "eso no resolverá el problema del papel, que es por pura pendencia de señalamientos y ejecuciones. En este juzgado, este año, tramitamos unas 3.000 demandas. Hace tres o cuatro años eran menos de 2.000. En 2010, con lo que viene, llegará a 4.000 demandas, y eso no es asumible por nadie". Lo que viene es la crisis. El ánimo litigador ha crecido exponencialmente en los últimos años, pero más ahora. "Aquí [en Civil] llegan todos los pleitos de deudas, vencimientos, etcétera...", sigue el juez. "Hasta ahora lo que nos ha llegado es lo del principio de la crisis. El año que viene será el grueso".

La presión del atasco es la que acaba provocando la decrepitud de las condiciones de trabajo "por la desatención de los políticos", dicen los sindicatos.

STAJ asegura que "en Madrid hay 6.000 funcionarios de Justicia, y sólo 40 personas dedicadas al personal". Y mientras, en un juzgado de Plaza de Castilla, un funcionario sepultado bajo varios pares de torres gemelas de papeles nos reta: "¡Mira! ¡Encuentra aquí un expediente de 2008 ó 2009! ¡Inténtalo!".

Y avispas en Getafe

En Plaza de Castilla hay funcionarios que trabajan en "una especie de barracón" junto al garaje con "temperaturas extremas y falta de ventilación" -"incluso respiran los gases de los coches"-. En Getafe, aseguran, hubo un desprendimiento de fachada hace año y medio, e incluso un problema con un avispero que trae de cabeza a los funcionarios. La proyectada Oficina Judicial, que centralizaría toda la logística judicial, parece "muy lejos", explica otro magistrado. "Ni siquiera sabemos en qué consistiría exactamente. Los políticos creen que con ponernos un edificio basta. Lo importante es lo que hay dentro del edificio, no el edificio", lamenta el juez.

Fuente: elmundo.es

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